Promesas de Dios: Preciosas y Grandísimas
Pastora: Sonia Luna – www.CashLuna.org
Introducción a las Promesas de Dios
La Palabra dice que las promesas de Dios son preciosas y grandísimas. Yo le pregunté al Señor por qué son preciosas, y Él me contestó que son preciosas porque son agradables.
Las Promesas en la Escritura
En 2 Pedro 1:3-4, se nos dice:
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”
¿Por qué son preciosas y grandísimas?
Promesas Positivas
Cuando lees las promesas, notas que todas son positivas. No son promesas con condiciones; son completamente positivas, por eso son preciosas.
Intervención del Poder Divino
Le pregunté al Señor por qué las promesas son grandísimas, y Él respondió que porque interviene su poder. La Palabra dice que nos han sido dadas para que nosotros seamos partícipes de la naturaleza divina. Dios quiere que lleguemos a ser como Él es, lo que hace las promesas grandísimas.
Un Regalo de Dios
Hay alrededor de 900 promesas en la Biblia. Todos tenemos necesidades y siempre andamos buscando algo. Las promesas son un regalo de Dios, vienen a bendecir nuestra vida, y están ahí para que las usemos.
El Valor de Reclamar las Promesas
Las promesas ya han sido compradas por Cristo Jesús con su crucifixión y su resurrección. Desde ese momento, pueden ser nuestras. Sin embargo, las promesas pueden estar en la Biblia, pero no automáticamente son nuestras. Si no las reclamamos, permanecerán solo en la Palabra y no darán fruto en nuestra vida.
Nuestra Responsabilidad en la Fe
Las promesas son nuestro derecho; tenemos el derecho de exigirlas, son nuestra herencia espiritual. Debemos vivir de acuerdo a ellas. Si las necesitamos, debemos tener la fe para creerlas y tomarlas. Confianza y fe son esenciales.
La Conexión entre Mente y Boca
Nuestra mente y nuestra boca tienen que estar conectadas para que podamos desarrollar fe. A continuación, presento cinco ejemplos sobre cómo conectar nuestra mente con nuestros labios para ser productivos:
1. Nuestra Posición en Cristo
Nuestra posición es la misma que tiene Cristo Jesús: a la diestra del Padre.
- Hebreos 1:3: «El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia…»
- Apocalipsis 3:21: «Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono…»
- Efesios 2:6: «Y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.»
2. Tienes lo que Cristo Tiene
Efesios 1:3: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo…»
Dios ya nos bendijo; todas las cosas nos pertenecen. No tienes que esperar a estar angustiado para pedirlas.
3. Cree y Reposa
Debemos tener fe de que en cualquier situación, Dios está ahí. Dios nos motiva a que reposemos en Él, no solo físicamente, sino internamente.
Hebreos 4:3: «Pero los que hemos creído entramos en el reposo…»
4. Declara Victoria con Tus Palabras
Lucas 6:45: «El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno…»
Debemos sanar nuestro corazón para poder declarar palabras de victoria. Lo que decimos refleja lo que hay en nuestro corazón.
5. Profetiza Tu Futuro
Es vital cambiar nuestra forma de pensar y hablar. Vamos a declarar Palabra de Dios. Ejercicio: declara en voz alta frases positivas sobre tu vida.
- Yo camino en el fruto del Espíritu.
- Yo soy paciente.
- Yo soy libre de pecado y vivo en justicia.
Conclusión
Es fundamental que estés dispuesto a cambiar tu forma de hablar y pensar. Con fe, vamos a lograr que la Palabra de Dios trabaje en nosotros, y Dios quiere cambiarnos y restaurarnos día a día.
Pastora: Sonia Luna – www.CashLuna.org
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